Mi nube no recoge palabras ni tan siquiera recoge conceptos: orientación, empatía, sensibilidad, acompañamiento, implicación, versatilidad, adaptación...ya han dejado de ser herramientas necesarias de mi trabajo desde hace años, para ir dando paso a una filosofía de vida que perfectamente se puede extrapolar a cualquier ámbito. Hacer que todo esto fluya de manera natural ha sido un largo recorrido, muchas horas, muchas historias, muchos problemas y también muchas soluciones me hicieron entender que o lo vives desde la positividad y la tranquilidad que te dá tener interiorizada esta nube o pocos claros vamos a encontrar en esta atropellada vida y en este oficio.
Claramente esta profesión no se va a desarrollar solo con actitudes y es evidente que hay un grupo de palabras que conforman capacidades y destrezas. Habilidades que se adquieren con técnica, estudio y actualización constante y que también son fundamentales en mi nube de orientación y que completan la llave que abrirá la puerta del empleo o al menos de la empleabilidad: currículum, carta, entrevista, itinerario, tics, objetivo, perfiles...Evidentemente todo esto lo aprendemos mientras que las demás cada uno decide si adoptarlas, aplicarlas y vivirlas.
Creo que cada usuario del servicio que atendemos tiene derecho a ser tratado con profesionalidad pero sería perfecto que se llevaran la sensación de que somos algo más ya que cuando acuden a nosotros evidentemente no es su mejor momento. Todos hemos pasado por ese trance en alguna ocasión y tenemos la opción de hacer lo que en su momento nos hubiera gustado que hicieran con nosotros: humanidad.
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